Batín

Hoy ya me he puesto el batín. ¡Me encanta! Ya hacen dias de taparse y dentro de poco ya hará falta hasta mis queridas bufandas y gorros .

El batín me trae recuerdos de inviernos caseros, oscureciendo pronto, viendo los dibujos por la tarde (si, cuando hacian dibujos y no a tu lados). Jugar al veo veo con mi hermano mayor y mi madre y todos con nuestros pijamas y los batines.

De pequeña tenia un batin azul que me duró bastante tiempo, recuerdo a la perfeccion mi hermano Jovi y yo yendo del comedor a nuestros cuartos, por el pasillo con nuestros batines y el fingiendo ser un lagarto de “V”, haciendo como que se arranca la piel de la muñeca. Jajaja.

Nuestras mañanas de Navidad o de Reyes siempre con el batín. Mi madre con los suyos azules, mi padre con aquel a rayas marron y amarillo que tuvo, ahora a cuadros escoceses. Mi hermano pequeño hace años que no tiene batín pero suele usar el albornoz amarillo para esas labores. O mi favorito, uno que tuve varios años (hasta hace dos o tres) y que hacia juego con un pijama. Era blanco y lleno de muñecas holandesas con trajecitos verdes. El que tengo ahora no es muy bonito, es naranja claro (diria color salmon si no me arriesgase a sonar muy cursi) y azul-violaceo.

Tan calentitos, tan protectores. ¡Mmmm! Me encanta ¿lo he dicho ya?