Altas

Esta semana me han dado el alta en dos de las ramas médicas que me llevan desde que hace casi dos años empezaran mis problemas de salud. ¡No veias que alegría!

En realidad el alta del lunes era previsible, puesto que la neuróloga quiso que me viera el neumólogo porque la medicación que me inyecto por la EM podía ser incompatible con algo que me pasó de pequeña, pero tras 3 visitas espaciadas con sus Rayos X incluidos y viendo que estoy bien por esa parte lo lógico era esto, que me diera el alta por su parte y adios muy buenas a esas visitas por lo menos.

Lo que me resultó más inesperado fue el alta de la psicóloga; cuando se diagnostica una enfermedad de este nivel en el Hospi que me llevan te derivan directamente a un ala de psicología especializado en esta clase de enfermedades (hemos hecho incluso alguna terapia de grupo). Me dijo que me ve muy bien, que se nota mucho la diferencia del principio a ahora, yo por mi parte no sabría en que momento empecé a mejorar con respecto a mi estado de ánimo y la EM, y casi diría que tampoco cómo, pero que influyó el ir, seguro. Me dijo que me daba el alta a condición de que cuando vaya a mis citas con la neuróloga me pase por su despacho, asome la cabeza y le diga que tal voy, y que si en el futuro siento que necesito ayuda llame sin dudas para pedir hora.

Pues nada, el año pasado no había mes que no tuviera más de una cita en el hospital y este año la cosa parece que va a ir mucho mejor, poque ya no tengo que volver ¡hasta mayo!