Cualquier excusa es buena para recordar viejas historias vividas en Inglaterra, a veces a propósito y otras muchas de manera inesperada.
Esta mañana de pronto un olor a humedad en mi jersey, a "mal secado" (olor bastante desagradable por si no sabeis de cual hablo), me ha transportado inmediatamente al otoño de hace 3 años cuando Raquel y yo vivíamos en una attached house en Bristol, con sus dos alturas, su jardincito trasero, su compañero de casa jugador de hockey francés y sus maltrechas instalaciones para según que cosas, véase entre otras, la calefacción estropeada todo el otoño (y entiendase que el otoño de alli es como el invierno crudo de aquí) que a mi aprticularmente que no soy nada friolera me llevaba a dormir con camiseta interior y calcetines! y estos por encima de los camales y la camiseta por debajo del pantalón para que no se colase ni una rendijita de frio, a pesar de usar un hermoso nórdico; declaro aqui y ante todos vosotros que recuerdo la habitación de Rake con un tinte naranja conferido por la luz del radiador que se compró; otras de las penurias fue el que se nos estropease la nevera, aún recuerdo a ese Mick ¿intentando arreglarla? y solo consiguiendo abrirle un boquete ¬¬ (imaginadlo como si estuviese esculpiendo pero en lugar de marmol: el interior de nuestra nevera). El colmo de los colmos llegó cuando la lavadora TAMBIÉN se estropeó ¡que mal olía la ropa!, uno (o dos!) días lavamos a mano en la bañera (que era el único sitio donde teniamos agua caliente pq su calentador era externo) además esos dias llovia mucho y teniamos la ropa tendida por el pasillo en la salita etc... pero como esos días coincidieron con un fin de semana o puente en el que la familia donde yo ejercía de nanny se habían ido a Cornualles o a Devon de viaje, lo que hicimos fue llamar a la madre de mis niños, contarle nuestra penosa situación y pedirle permiso para lavar nuestra ropa en su casa. Via libre y total libertad para estar en su "casa" (era algo intermedio entre casa y mansión)
Mochilas y bolsas llenas de todo lo susceptible de ser lavado. Cogimos un par de autobuses, el segundo de ellos de dos pisos y cristales empañados y nos plantamos en el barrio residencial de la familia H, tenía muchas ganas de enseñarselo a Rake! Pusimos la lavadora con el detergente maravilloso de mis jefes (a partir de ese día lo compramos nosotras tb aunq fuese un pelin mas caro: que bien olía!!!) y despues de enseñarle toda la casa a Raks creo que nos encendimos la chimenea de la sala de la tele y nos pusimos pelis en el DVD, alli tiradas en los sofás o en el suelo con el rug de los niños (algo asi intermedio entre manta y alfombra calentita con la que pueden jugar). Solo parando para pasar la ropa a la secadora, de donde la sacamos calentita y con un olor celestial.
(suspiro)
8 comentarios:
Es curioso la reminiscencia de ciertos olores
Feliz fin de semana
Besos
Rampy
yo es oler aroma de melón y me vienen mil cosas...
:) Jou!!! Que morriñaaaa!!!
:)
Me encanta como suena lo que cuentas!!! Yo quiero pasar frio en Londres y reirnos mucho... Lo haremos, no???
Un besoteee
si... sé cual es ese olor tan desagradable..
que bonitas experiencias, "mosquis, frivola nostalgia" que diría Homer Simpson XD
Un besote burbujita mía
Ayss,tu post me ha sabido a invierno del bueno...es cierto,a veces determinados olores no recrean un viaje al pasado super fuerte.A mí el olor que desprende la olla después de hacer sopa de verduras me transporta al internado de Francia...Un besote
Jo que recuerdos me has traido, he vivido 8 años en UK y la verdad es que la cosas curiosas que te pueden pasar por allí. La verdad es que lo siento como mi segundo hogar. Qué morriña!!!!
Isaboh
Qué recuerdos me trae también este post. En mi primera casa de Edimburgo, un piso enano de no más de treinta metros típico agujero para yonkis (de hecho vivía en Albert St., la calle en la que se inspira toda la trama de Trainspotting) también tenía un pequeño radiador de esos que al calentar las barras desprendían un color anaranjado. Eso sí, eran bastante eficientes, en menos de quince minutos tenías el cuarto caldeado (especialmente el mío que era bastante pequeño).
También me recuerda mucho aquellos tiempo las moqueta ¡como llegué a odiarla!
Un saludo,
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