Primera Causa de Mi Desaparición Bloggeril

Lo último que os conté este verano fueron mis vacaciones en Austria, cuando disfruté de mi familia allí unos días. Lo pasé muy bien pero no fue lo único que me deparaban mis 3 semanas de tranquilas -casi aburridas- vacaciones.

Digo tranquilas pq básicamente estuve viendo coches. Pero esto es otro capítulo/causa para otro día. Pero llegó un fin de semana (no recuerdo ya si el último o penúltimo) y me fui, invitada, al chalet familiar de unas amigas. Desde el viernes tarde hasta el domingo noche que volví, con mis amigas, sus novios, los padres, la abuela y una compañera de trabajo mexicana de una de mis amigas. Con la piscina, el buen tiempo, las cocinitas y las anécdotas pasamos un tiempo genial. Además los novios de mis amigas (que me tratan como prima) son muy majos, uno más travieso y el otro más maduro (para nada serio!).

Y ahora viene el problema. Estas 4 personas, que salen juntos siempre, que son una piña… parece que no tendrían mayor placer que verme emparejada y así poder unirme de vez en cuando a ellos y no ir de bulto, o de farol.

Ya hace un par de años me dejaron caer que tenían un amigo ideal para mí y todo ese tipo de cosas. Les di largas diciéndoles lo mismo que uso en el trabajo cuando me preguntan por mi estado de soltería “ya estoy servida, gracias”. Como no soy muy de hablar de mi vida, y si bastante de sortear las preguntas de quien intenta cotillear sobre mi vida no suelen insistir más allá de un par de preguntas.

Volviendo a mis amigos, aquella vez evité ir a mayores hablándoles una mezcla de mi historia con mi angelet y de SinNombre, para dispersar la atención. Meses más tarde en el cumpleaños de una de ellas me presentaron a un chico que les encantaba para mi. A mí no me encantó para nada, aunque como no hablamos y estoy segura de que él no sabía nada de todo esto, quedé muy tranquila.

Pues este verano, ese fatídico fin de semana era el cumpleaños del novio, trasto, de la cumpleañera de la que hablaba antes. Y organizó una cena a la que acudí sin pensar en motivos ocultos. El caso es que eran todo parejas, más el cuñado del cumpleañero (su hermana no pudo venir), la mexicana, yo y un amigo del cumpleañero. Un solo amigo sin pareja invitó, si hubiera sido un amigo intimísimo lo entiendo, pero es que resulta que “mi primo” es extra-sociable, tiene decenas de amigos y a este chico en realidad lo conoce pero no de años precisamente.

Soy tan lerda que tardé un pelín en coscarme de la situación a pesar de que me endosaron sentarme en “su” coche, a “su” lado, de copiloto, y casi me obligaron a sentarme a su vera tanto en la cena como después cuando fuimos a tomar algo. En este último sitio ya fue casi contra mi voluntad, pq ya vi por donde iban los tiros y la situación para mi era incomoda. Comentarios como “Ya me habían hablado de ti” me llevaron a sumar 2+2.

El chico era majo, de verdad, además profesor (mi profesión frustrada) y no era feo en absoluto, ¡incluso llevaba gafitas!, independiente, sencillo, familiar…

Cuando llegamos al chalet de vuelta por la noche le envió un sms a mi primo, “Tenías razón, Bego es un pedacito de cielo”.
1) ¿¿Tenías razón??, que clase de campaña mediatica habían montado a mis espaldas???
2) “Pedacito de cielo” ¿¿??


Bueno. Dos días después mi amigo me llama preguntándome si podía dar mi móvil a su amigo, yo sorprendida en falso le digo que si. Paso la peor tarde de la historia casi con una crisis de ansiedad hasta que en consenso con Fany a quien le había contado todo, y con unas vistas bonitas al cauce del rio desde la terraza del renovado mercado de Fuencarral le envio un sms a mi amigo. Más o menos vengo a decirle que ponga sobre aviso a su amigo que soy muy rara, que no me llame por teléfono y si quiere que me envie algún email, que después de todo no nos conocemos apenas y a mi hablar por teléfono me gusta lo justo.

Me agregó al Messenger. No he sabido nada de él. Me siento más tranquila

No me gusta NADA que me organicen la vida. Me gusta mi vida tranquila y sencilla. Yo esgrimía que no quiero a un chico a mi lado, pero creo que la respuesta obvia es que tengo que sentir algo diferente a la ansiedad cuando encuentre a un chico con el que quiera tener algo. Aunque esté renunciando a… tantas cosas…