Mis Escapadas

No soy una chica especialmente atrevida, pero hay momentos en mi vida en los que necesito desconectar de todo para conectar conmigo. O intentarlo.
Cuando algo me apetece hacerlo y nadie a mi alrededor quiere, no tengo porque obligarle, lógicamente, asi que lo suelo hacer sola. Y aprovecho esos momentos para mi.

Hace unas cuantas Pascuas (que es la semana después de Semana Santa) me fui unos dias a Barcelona, ciudad que me enamora, una buena amiga me abrió las puertas de su casa, me dio las llaves y me acogió; incluso cuando ella tuvo que ausentarse me quede yo sola en su piso precioso y antiguo en la zona alta del Passeig de Gràcia. Y bajo esos techos altos, sobre ese suelo antiguo, paseando Ramblas abajo, comprando en el Mercado de la Boqueria, mirando el mar desde el Maremagnum, desde Colón no me sentí sola en ningún momento, en momentos de agobio me sirvió para relajar tensión, para respirar, para descubrirme por primera vez por mi mima, fuera de mi ambiente habitual y sin nadie conocido en quien apoyarme. No recuerdo que decisión importante tomé pero se que fui distinta a partir de ahí, no a nivel exterior, que siempre soy yo misma, pero algo había cambiado dentro, algún tipo extraño de madurez. Conocí gente estupenda, diferente a lo que yo conocía. Y que en algunos casos aún mantengo, y que sea para siempre.

Mi segunda “escapada” fue a Almería, un fin de semana, aprovechando un concierto que quería ver (ya os habréis dado cuenta de que soy muy de conciertos jeje), fui yo sola, 7 horas de autobús creo recordar, descubrí una ciudad que no conocía (no era el caso de BCN que he visitado unas poquitas veces). En la cola del concierto conocí gente muy agradable, y el concierto fue genial. Debo decir que fue el día que mas calor he pasado en mi vida entera. Pero desde la vuelta al hotelillo, mi ducha en el hotel, a solas, ver la tele en la cama un rato, a la mañana siguiente pasear por la ciudad, hablar con un panadero, descubrir sitios reconocibles, y finalmente en compañía andar hacia un trocito de playa en la ciudad, meter los pies en el agua, pasear por el espigón, la brisa marina azotándome en la cara, el sol al frente y yo llenándome de energía, vaciando cosas que sobraban. Sonriendo. Descubriendo otros trocitos míos ocultos…

El año pasado fue toda una experiencia que no os puedo explicar, mi viaje a Inglaterra, no estuve sola, tuve a Rake y Mónica conmigo, pero cada una hicimos un viaje interior a la vez que el exterior, suena más místico de lo que realmente quiero decir. Cada una fuimos por unas razones diferentes y a las tres nos ha servido de mucho. Pero estoy segura de que sabéis entender que un viaje de casi 9 meses a una cultura y un lenguaje diferentes, te llena y t cambia de algún modo. T hace avanzar por un camino que a lo mejor hubieras avanzado (a lo mejor) pero a otro nivel y en distinto tiempo.

En junio iré un fin de semana a Madrid, nunca he ido, ya he reservado el hostal, me falta el bus, que por ciertos problemillas no he podido reservarlo por Internet. Voy a un concierto, y un amigo mio de la facul (creo q debo dedicar algún día a ese amigo) tambien ira con sus amigos y con su hermana también va, intentaré estar durante el concierto con ellos. Pero adivino que el domingo pro la mañana será un buen momento para ver que nuevos caminos se abren por delante mío. Y que nuevo paso he de dar, siempre hacia delante.