Viaje

Estoy a mitad de un viaje. No, no me refiero a mi estancia en Barcelona durante tres meses. Me refiero a un viaje interior, no se deciroslo de otra manera menos cursi.

Si bien lo pienso, toda la vida, toda mi vida y supongo que las de todos, es un inmenso viaje interior, solo que en estos momentos soy totalmente consciente de él.

Ayer por la mañana (lo de la mañana es un decir ejem, puesto que llegamos alli casi a las 2 y media) me fui con Paco, uno de mis compañeros de piso a quien conozco hace dos semanas, a la playa. En bikini, como bien sabeis, parte de mi evolución, de mi cambio. Me propuso ir juntos y acepté encantada. La Bego de no hace mucho hubiera puesto todas las excusas del mundo.

Lo pasamos bien. Me bañé en la playa de la Barceloneta, y mientras nadaba y observaba la torre Mapfre y el hotel Arts mas allá, el teleferico por aqui, la montaña un pelin mas atrás, me mire a mi misma y me permití aprobarme. Si estoy aqui es por la suma de mis decisiones pasadas y de mis opciones presentes. Debo sentirme orgullosa.

Mientras tomabamos un trozo de coco que compartimos a mordiscos (quien te ha visto y quien te ve Bego...), observabamos a los chicos de alrededor y nos reiamos de mis gafas de sol modernas (que no van nada conmigo), nos sentiamos... me sentia... cómodos, alegres, tranquilos

El quedar por la tarde con "él" (con mi "él", no con mi compañero d nuevo jeje), aunque fuera como amigos (como que "aunque"! precisamente tb por ello) como amigos fue otra evidencia de que estoy en proceso de cambio y evolucion.

Y aunque me he hartado de decir y repetir que no me gustan los cambios, que me asustan, estoy afrontando estos de otra manera, positivamente. Creo que me gusta la persona que puedo llegar a ser; de hecho me gusta la persona que soy.