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sábado, mayo 01, 2010

Recuerdos de Infancia Colectivos

Tengo que admitir que tuve una infancia muy feliz.

Los mejores recuerdos de aquella infancia suelen ser los de las vacaciones de verano, pascua, navidad... Casi siempre las pasaba todas en el "chalet" de Torrente, aunque a veces ibamos a "la caseta del campo". El primero era una casita a pesar de que le llamasemos por un nombre tan sonoro, y era de mi yayo Paco, con quien vivíamos y despues de morir seguíamos yendo. La caseta estaba en Cuerna, perdido en el monte pasado Macastre y antes de Yátova. Las ventajas de este segundo era compartir mi tiempo con mis primos (todo chicos), unos gamberros, aventureros con quien me iba de excursión con nuestros bastones, sombreros de paja, con velas o linternas, con los arcos que nos construyeron, en nuestras "cabañas", cantando la canción del pirata, escuchando historias de indios y vaqueros en voz de mi yayo Vicente. Allí veíamos la tele en blanco y negro, ibamos a la fuente con los muchos botijos que habían en la alacena, jugabamos con barquitos tallados en una madera extraña, en un barreño grande metálico o en la balsa azul que había en casa. El yayo nos cortaba regaliz de una planta que había por detrás de la caseta, y lo mismo jugabamos al futbol, q al tenís con las raquetas de madera o con los pin y pon...

Hace años que mis yayos, Vicente y Lola, vendieron la caseta, y pocos años despues cuando mi yayo murió volvimos a Cuerna a tirar sus cenizas. Había quien no había vuelto desde ese día y hoy al volver nos han venido a la mente un montón de recuerdos. No hemos ido toda la familia pq faltaban mi hermano mayor, mi primo y su familia los de Austria y mi primo el que es papá desde el año pasado su chica e hija, pero aún así nos hemos juntado unos cuantos. La caseta seguía igual pero diferente, me ha alegrado verla bien cuidad pero he sentido una punzada de celos.


Hoy he conocido anécdotas de la infancia de mi padre y tíos, como que antes de comprar la caseta veraneaban en "la paridera" de al lado, hoy un puñado de piedras sin tejado, donde llevaban colchones, candiles y cacharros cada verano. Un poco en plan okupas por lo que me ha parecido entender, había que imaginar a mis yayos y sus 4 hijos en una especie de pesebre, yendo a por huevos kilometros allá a alguna alquería, siendo los líderes de la pandilla de chiquillería de la zona. Mi tía me contaba que entre todos limpiaban una especie de charca (donde con mis primos iba yo de pequeña a cazar renacuajos) y una vez bien limpia la usaban de piscina y la defendían para que los que no hubiesen participado de la limpieza no se bañaran en ella. Que mafia ^_^.





Después nos hemos acercado al embase de Forata, cercano y donde los recuerdos eran tantos como en Cuerna. Para mi yaya, mi padre, tíos y sus parejas y para los mayores de los primos, la segunda generación, los "pequeños" apenas tienen recuerdos de ahí y les debe sonar todo tan lejano como los libros de historia...



2 comentarios:

Pikifiore dijo...

Ayyy,qué sensación volver a un sitio tan significativo,no?entiendo lo que sentiste al ver lo que fue la casa de tus abuelos.Mi abuelo tenia una casa enorme en la sierra,en un pueblo idilico y la vendió.Hace tres veranos pasamos por delante y se vendía de nuevo.Mi padre estuvo varios meses dandole vueltas...Es bonito y emotivo volver a esos tiempos,si han sido felices.Qué suerte tienes de haber crecido jugando con tus primos!!Un beso

Werty dijo...

Es muy emotivo cuando vuelves a un sitio que te trae tantas emociones.Siéntete orgullosa de tener unos recuerdos tan chulos!
Un beso!