Ayer nos fuimos Rake, Fany y yo de excursión dominguera. Hasta el momento todas nos habían ido bien ¿no? pues ayer se rompió la racha.
Empezando porque de camino a la Vall d’Uixó nos perdimos e hicimos turismo rural por Faura, por un camino entre naranjos (haciendo honor al ilustre Blasco Ibáñez) y al llegar a les Coves de Sant Josep que era nuestro destino en la Vall, nuestro gozo en un pozo (inhundado) estaban cerradas por inundación (leche pero si íbamos precisamente para el paseíto en barca, cuanta mas agua mejor ¿no?). Subimos unas cuantas escaleras para al menos ver la Ermita. Cerrada. Nos asomamos a ver los restos ibero-romanos… pues como no fuese el aparato ese que parecía un aire acondicionado en mitad del campo… (joe hay q ver que adelantados estaban los ibero romanos; yo tengo aire acondicionado en casa desde hace menos de dos años y ellos ya lo tenían hace siglos).
Empezando porque de camino a la Vall d’Uixó nos perdimos e hicimos turismo rural por Faura, por un camino entre naranjos (haciendo honor al ilustre Blasco Ibáñez) y al llegar a les Coves de Sant Josep que era nuestro destino en la Vall, nuestro gozo en un pozo (inhundado) estaban cerradas por inundación (leche pero si íbamos precisamente para el paseíto en barca, cuanta mas agua mejor ¿no?). Subimos unas cuantas escaleras para al menos ver la Ermita. Cerrada. Nos asomamos a ver los restos ibero-romanos… pues como no fuese el aparato ese que parecía un aire acondicionado en mitad del campo… (joe hay q ver que adelantados estaban los ibero romanos; yo tengo aire acondicionado en casa desde hace menos de dos años y ellos ya lo tenían hace siglos).
Frustradas volvimos al coche sin destino en mente. A mitad camino hacia la nada llamamos al padre de Rake que estaba jugando al frontón en su apartamento en el Puig, decidimos ir, secuestrarle las llaves y pasar el resto del día ahí. La sensación de perrería iba en aumento conforme pasaban los minutos. Dimos un pequeño paseo por las piedras de la playa (yo como siempre mangué un par) y luego fuimos a ahogar nuestra frustración en la Pizzería Tony. A base de calorías. Muuuuuchas calorías. Mientras comíamos cayó el diluvio universal condensado en 3 minutos.
La tarde la pasamos en el balcón del apartamento de Rake, frente al mar, hablando de tiempos pasados, de hombres y de pequeñas tonterías; jugamos unas partidas a las cartas y luego hicimos los típicos juegos de amor que toda adolescente que se precie ha hecho alguna vez. Solo que a los 25 años, claro >_<
Antes de dejarnos vencer por la sensación de perrería total cogimos el coche y volvimos a Valencia; había quedado muy buena tarde y el centro histórico estaba tomado por centenares de personas por cada rincón; en principio ibamos a ver a las 20:30 una obra improvisada en Radio City, parte del circuito de café teatro; cuando dimos (por fin) con el local aun faltaba una hora y pico asi que decidimos irnos a la Plaza de la Reina a tomarnos un helado (por aquello de terminar de juntar unas cuantas calorías claro). Una hora después y 20 kilos mas tarde (¿exagerada yo?) yo no tenía ánimo de completar el dia por muy tentador que sonase lo del teatro y creo que Fany tampoco estaba muy por la labor asi que dimos por concluida nuestra extraña jornada dominguera…